Unos lienzos suaves
y en ellos un corazón de
carne
La sombra por la ventana
cubre
el rostro de aquella
silueta
Un dios y un destello
Un silencio y un gemido
Los labios bailan sin
destinos
abrazando aquellos rincones del
cuerpo, unos brazos
flácidos,
tiernos, llenos de amor y
dulzura
Y en sus ojos, ¡Una
verdad!
Un palpitar que odia la
guerra
Una mentira que se esconde
Un rostro inocente que ama
el placer
Un amanecer que le gana a
la existencia
La luz se apaga y solo el
respirar retumba
en una habitación llena de
palabras
que traspasan los ruidos del
tiempo
Y morimos en lo profundo
del deseo,
Navegando como palomas sin
suertes
buscando aventuras para no
olvidar
Mil preguntas y un dios
calla
¿Y qué es este ruido?
En tus ojos la noche
seduce y en tus labios
el alba se esconde
Te marchas silente y sin
regreso mis manos
acarician las olas de mi
alma
Tu rostro
está cubierto y en mis labios tu
nombre nunca
será pronunciado
Un grito y
fue el placer en la vida
Una mirada y
será el recuerdo
sentido en
mi piel
Y allí
mueres por siempre y si vuelves,
el futuro tendrá
otras lecturas y en ellas
mis letras
serán el mañana sediento
de horas
apasionantes y los cabellos
secretos serán contenidos en los besos
de mi oscuridad.
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