La vida corre

Una canción

Y unos cristales se revientan con el viento

Nada muere

Y una copa de vino acaricia el tiempo

Canta un suspiro

Y la garganta guarda silencio

Parpadea un capullo

Y los días se visten con alas

Se cae un vaso

Y el corazón se quiebra en pedazos

Baila la lluvia

Y un amor florece en la niebla
Complices en un juego
Y el mundo nunca se acaba

Crecen unas alas

Y la boca sonríe esperando un beso

Tic tac en unas horas

Y las manos crecen en las sombras

Se diseca una rosa

Y un cuerpo en el limbo de un pensamiento

Camina un ir

Y la esperanza tiene ojos tiernos

Regresa un venir

 Y el anhelo se enamora en las calles

Una negación se mece

Y los miedos bailan en las nubes

Explota un deseo

Y los pechos crecen en el horizonte

Se oye una voz

Y la dulzura se congela en las letras

Se esconde un adiós

Y la vida nace de nuevo

¡La vida corre!

Y un alma desnuda se pinta en la piel

Manos inciertas y excitantes

Que mi religión sea tener un

contacto tántrico con tu piel

y entre la nada y el tiempo me

pierda en sueños oscuros de

madrugadas silenciosas

Que tus manos sean las que me miren

Las que hagan que pierda el sentido

Las que sin tocarme lleguen

a lo profundo de mi alma

¿Y qué hacer?

Cuando la vida me empuja

a perderme en unos ojos

Miradas de vidas únicas

Naves de párpados palpitantes

Fuegos en la pupila

¡Soy ciega!

¿De qué otra forma se puede amar?

Si la nostalgia de una mañana

abraza los recuerdos trágicos

en una tarde fría de otoño

Y amar locamente, porque no

olvido la sedosa sensación

de morir en secreto

Minutos ardientes de una simple

conversación sin lógica

donde en una forma inexplicable

nada me contenga y en

verdades relativas las ideas imaginadas

exploten en sabidurías inciertas y

excitantes.