Que mi religión sea tener
un
contacto tántrico con tu
piel
y entre la nada y el
tiempo me
pierda en sueños oscuros
de
madrugadas silenciosas
Que tus manos sean las que
me miren
Las que hagan que pierda
el sentido
Las que sin tocarme
lleguen
a lo profundo de mi alma
¿Y qué hacer?
Cuando la vida me empuja
a perderme en unos ojos
Miradas de vidas únicas
Naves de párpados
palpitantes
Fuegos en la pupila
¡Soy ciega!
¿De qué otra forma se
puede amar?
Si la nostalgia de una
mañana
abraza los recuerdos
trágicos
en una tarde fría de otoño
Y amar locamente, porque no
olvido la sedosa sensación
de morir en secreto
Minutos ardientes de una
simple
conversación sin lógica
donde en una forma
inexplicable
nada me contenga y en
verdades relativas las ideas imaginadas
exploten en sabidurías inciertas y
excitantes.
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