Se abrió una puerta
y en ella encontré
unas manos
ellas cantaban a través
de la voz
y una niña iluminada
con sus
ojos grandes alimenta la
tierra
Cantos de fuego, de
silencios que
florecen en el amor de
los caminantes
Hay una muerte y el
poema la
acaricia y la hechiza
de placeres
Beben de la mano y se
embriagan
de deseos.
Los parpados sonríen y
los fantasmas
bailan en las
respiraciones ocultas.
Alguien toca la puerta
Es el otoño que abraza
los pasos
Tan hermoso de hojas
secas que
se desnuda entre los
árboles.
La soledad es una casa
roja
llena de exquisitos
aromas y las
fragancias se esparcen
en los cuerpos
que desean tocar sus
pieles
Una sombra y en su
espalda lleva
los secretos de los
amantes
Hay espejos de música,
de palabras
de noches y de cuerpos
que le
huyen al olvido
Ellos se recuerdan que
la vida
tiene alma y que esta
alma es
una explosión de
misterios
Y la puerta no se
cierra
Sale un sol tan negro
como la
mirada de la que calla
Una sombra no la deja
morir
y esa sombra es la
puerta
que se alimenta de las
letras
desaforadas en el
secreto de los poemas.
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