viernes, 10 de marzo de 2017

Humo

Giré mi cabeza hacia la izquierda y
allí habían unas sombras
Sombras de niebla que bailan en las
fiestas de mis ojos
Yo deseosa de poder abrirlos y
pronunciar un fantasma
Mas el silencio tiene un rostro vacío
El incienso se hace espeso y el amor
vestido de negro engalana mis venas
No necesito de milagros, en mi espalda
llevo el cielo desteñido de historias
Una ducha fría deja un blanco plateado
de pensamientos desaforados que hacen
del viento la droga de mis emociones
Las nubes quietas se adhieren a mis
respiraciones y sin pensar el tiempo eterno
e inmutable golpea mis sentires y
lejanas respuestas reposan en mi pecho. 



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