Soñé con un astro y este tenía dos luceros
En sus manos encontré
tesoros
y en sus letras arte
palpitante para mi piel
Con la mirada cansada,
aún le seguía mirando
y en sus ojos encontraba
la vida que me acercaba
al paraíso de mis
temores
Le amé tanto que
olvidaba lo que era el amor
Mis párpados solo
deseaban descansar
en la soledad de sus
infinitos desgarros
Me llevó a las orillas del cosmos
Aquí estoy, sentada allí, y en ellas
exploto en lo que no
importa
Brilla una fugaz idea
Y en mis pensamientos
se pasean nubes
derretidas de sus recuerdos
Un poema diminuto me
une a sus delirios
Y el tiempo me
arrastra al silencio de sus pasiones
Me uno a ellas y comparto el sabor de mis oscuridades
No se pronuncia la
palabra futuro, pero en la nada
de mi existencia su
abrazo es la fragancia a mi soñar
Hay una noche eterna y
se parece a su rostro
y en ella el respirar es placentero
Una pared vestida de
hojas negras los acompaña
Se derrama en el
viento una tinta que llora
Y un cielo hinchado de
fantasías se asoma
a la puerta prohibida de sus caminos
Cuando le vea dejaré
de morir
Porque viviendo sin su
luz se deja de vivir
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