lunes, 9 de noviembre de 2015

Viajante al viento

Llegó a aquel lugar
su refugio
se sentó
sacó sus hojas
y empezó a viajar.
De maletas ligeras emprendió su camino
conoció los más hermosos paisajes
descubrió los pigmentos nunca vistos
olió la lluvia 
y cada estación era una experiencia afrodisíaca.
No le preocupaba lo que llevaba puesto
ni las miradas de los otros
tomó su perfume ácido-dulce
su bufanda turquesa
su abrigo rojo
su sombrero azul
y bailó con el viento.
Su aroma llegaba tan exquisitamente
que en cada terminal era recordada.
Y siguió viajando





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