viernes, 5 de junio de 2015

Epitafio

Mañana, hoy es mi mañana, pensaba en sus adentros.
Ella era una risa rosa, una mejilla azul, una despedida en el adiós del tiempo, un gemir en el suspiro de una verdad.
¿ Porqué entonces este tormento?
Caminar por la calle llena de luz, mirar los árboles que decoran las calles, sentir las montañas que pisan mis pasos.
Un encuentro contra el tiempo, un momento de nada, un segundo de todo.
Ella sabía que un día iba a morir, poco a poco, maquillada con cicatrices llenas de recuerdos.
Un sepelio lleno de luz con su rostro iluminado, lleno de lágrimas azules en las almas que recordaban su nombre.
Ella sonrió, martirio para muchos!
Tomó su taza de café, tan amargo que lo amó hasta temblar, lo endulzó con su mirada y su trago era una tortura.
Ella, mutante del olvido, una pasión que ahoga, un límite que recorre la sangre.
Aquel café, tan caliente, no era en vano, con sus ojos húmedos pensaba en su epitafio, discursos vanos de despedidas amadas.
Se levantó de aquel lugar, pagó su café y huyó...
...Huyó de las lágrimas que la llevarían a su encuentro.
‪#‎historias‬ no menos que reales
.


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