Tomó
en sus manos aquel artefacto que la protegía de las caídas,
se los puso, y la
seguridad que encontraba en ellos cubrían la mitad de su rostro.
Prefería esconder su mirada profunda detrás de ellos,
Prefería esconder su mirada profunda detrás de ellos,
sentir que seguía siendo
la niña de ojos color miel,
tener la mirada inocente que la hacían apreciar
a
la mariposa cuando se paseaba frente a ella.
Eran su escudo, su fortaleza, su protección,
Eran su escudo, su fortaleza, su protección,
ellos le permitían ver las cosas
diminutas
que en una simple mirada no podía obtener.
Compañeros de camino, de cuentos, de historias.
Se detuvo por un segundo, con su mano suavemente
Compañeros de camino, de cuentos, de historias.
Se detuvo por un segundo, con su mano suavemente
quitó sus lentes, los metió en su bolso, y
empezó a mirar mejor sin ellos.
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