miércoles, 13 de mayo de 2015

Frenesí

Delirio haragán que brota entre la nada
Se despierta
Ama sus aguas
Linajes de pigmentos llameantes
Cordel de aromas que unen sus cuerpos
mudos en la infinita temple de sus disparates

Un sendero,
Aroma de palomas misteriosas
Unas hojas,
Huésped de sus deseos
Un gemido,
El canto de su fantasía
Un suspiro,
Visitas de retratos nombrados.
Un silencio,
Cómplice del exquisito otoño.

Caprichosa evocación de sus torsos
exquisitas sombras de siluetas perfectas
arbustos vírgenes ¡Oh nosotros, tumbas de morbidez!
Paladares de fragancias envueltas en los arbustos.
Emanación de sombras envueltas en el alba.

Poemas perdidos...

Un rostro, un instante, un manantial, un matojo,
Una deleitosa tarde cayendo en la travesía
Un pensamiento prohibido
Una alusión perfecta del placer
Un camino de escaleras que suben y bajan.
Unas almas sin rostro, reales en lo que aún no ha sido.

Y el tiempo... 

Sin embargo, perdido entre sollozos,
cual lienzos entre hojas,
se torna impuro ante las tinieblas llenas de fulgor
en lo que no es y retorna a ser.



 foto: Tomas Quiñones

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