Miré a la tierra y en ella
valoré lo sencillo:
Unos pies descalzos,
el
calor del cemento,
unas hojas volando,
una
piedras sobre el camino
Entre mi palpitar y la
vida intercambiamos emociones
Gritos de palabras que sin
ser pronunciadas estremecen
la furia de los vientos
Dicen que hay un Dios que
habita en la nada
Sin valor, ni fortunas
Que corre al grito de un
niño
y da cariño sin recibir sonrisas
Qué clase de Dios se
entrega sin recibir nada a cambio?
Y la vida parece un guiño
constante
Tan seductora que nadie
quiere abandonarla
Y ese Dios se deja seducir
por la vida de los otros
Esos otros que no tienen
nombres
Y la tierra llora
Parece que olvida de donde
vienen sus aguas
Quiere recordar, pero hay
un juego de por medio
Y no hay juguetes
Y los juguetes están solo en manos de algunos
Pero hay un Dios
Tendrá nombre ese Dios?
La música suena y todos
bailan
Llegó el frío de la noche
y un silencio
en el hambre constante
Una fuerza en la piel de
los muertos
Pero la vida continúa
Alza su vuelo y cobija las
utopías
La utopía mía
La utopía de ellos
La utopía de todos
Utopías llenas de esperanzas
Se purifican las pasiones
y lo sencillo se embellece
Y Dios, sigue siendo Dios
Silente y presente
La vida se derrama y el
niño sonríe
La arena en mis manos y
Dios entre la arena
Alzo voces y el Universo
gime conmigo
Y parece que yo existo
Y seguramente también, existe Dios!(Angustias y Soles)
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