domingo, 17 de enero de 2016

Niebla

Una alegría lenta
Se escuchan las manos cansadas que bailan sobre lienzos invisibles
La lluvia se come la carne vibrante de pasiones
El ocaso mira obstinado a la noche y la noche se refugia en la boca de los arbustos y se viste de perfumes para recibir al alba
Un pedazo de pan
Una hora lenta
Un niño llora y la brisa seca sus mejillas
El llano florece en el silencio de las sombras y una fuerza dormida acaricia las piedras caídas del cielo
Así, unas cenizas de ayer, un dolor en historias pasadas, una ruta en rincones sordos
Se oye un canto en el mover de las hojas
Y las ramas rezan por el alma vibrante de la viajera silenciosa que se pasea por los senderos cubiertos de niebla

(Angustias y Soles)



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