Habito en un mundo lleno de laberintos
Donde no me conozco
Soy una parte de todos
y allí me encuentro perdida en sus miradas
Reflejo de un último saludo
Una puerta y un cristal
Un ruido en la zapatilla
del pie
La luz se enciende sombría en la neblina
densa de los pensamientos
Un fingir de dolor que no
es mío, ni de ellos
¡Es de todos!
La razón baila entretenida
en el corazón
Y los que miran sienten
bien sus pupilas dilatadas
Nos realizamos en
profundidades
que nos llevan a otras
inmensidades
Donde la nostalgia derrama
sus
gotas y humedece la tierra
Y me acuesto en una banca
de maderas frías
Donde la memoria
inconsciente
auxilia mi sombra
Y el destello del sol no
deja
que se deslumbre.
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