domingo, 14 de febrero de 2016

Yacer en los dedos de la vida

Mientras dormía tuve una vida
Allí me detuve frente al abismo
Un espejo de aguas frente a mi sombra
No pronunciaba palabras
más la fuerza de sus gritos
palpitaban en las montañas
En ese instante, si el crepúsculo
me abrazara, el alba escondería
su nacer y reposaría en mi pecho
El riachuelo lloraba y cada lágrima
recorría mi piel
Siempre hay una esperanza que
se asoma, se difumina, se esparce
como cenizas pintadas en las nubes
Me habitó un silencio 
como aquella canción muda que 
besó mi alma
-Un mar de olas sensibles-
Y el alma no puede andar rompiendo piedras
Mientras dormía tuve una vida
No sé cuantas vidas me habitan
Solo sé que en todas he tenido un deseo 
Una búsqueda incesante
El mar se tragó las cenizas 
Y mi risa es un sueño
Hay candados de plumas
Y aguas vestidas de dioses que 
rugen en los dedos
Las horas danzan y la 
vida es hermosa
Mis ojos mudos y 
lloran piedras


(Angustias y Soles)







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