Oh inmensidad de vida
quejas de los torbellinos que van llorando
distracciones en las nubes
solitarias
sonidos en el crepúsculo que caen
en mi mirada
Niña, esmeralda humana, en ti las melodías
que entonan las llanuras.
Ella canta y con ella canta el alma
de los árboles
pero su alma se fuga con el anhelo
que dibuja
el camino cubierto de hojas.
Esperanza en la bruma del horizonte
donde allí dejará libre todos sus gritos
y en la mirada ciega se difumina su silueta
Las horas la acosan y hostigan su silencio
agujas solitarias en la pared del
reloj
que abrazan sus besos y alojan las
ansias del tiempo
Oh inmensidad de la voz misteriosa
pintada de amores en el paisaje del
ocaso
donde fallece y vibra en las
cuerdas profundas
de los valles con sonidos en las
bocas de los vientos.
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