Como una hoja al viento
solo volaba
dejando que el sol toque
su rostro
Una lluvia cae y ella
quieta se queda inmóvil
sintiendo como la brisa la
mece
No tiene nada en sus manos
más sus manos poseen el
mundo entero
No pronuncia palabras
Más las palabras son sus
ropajes cubiertos de esperanza
Hay una ofrenda y su alma
inhala la melancolía,
más sus ojos en bailes intensos
expulsan la soledad de sus nostalgias.
Ella maquilla lo que
escribe, porque en sus letras oculta la verdad
perdida que le acosa en
las remembranzas
Letras que se llenan de
historias inconclusas,
más su cuerpo cansado
invoca los recuerdos
sombríos de eternas noches
comprimidas en el tiempo.
Su mente viaja por el
mundo y el mundo es su alma,
no pertenece a ningún
sitio
más se arraiga a los lugares de su infancia.
Husmea un instante de paz y rebelde a los desencantos
sus credos tranquilizan
las promesas de la vida
Contempla el milagro que
nace en la mariposa que vuela
Bebe el agua dulce que nace
en el desierto
Sus labios sanan las
cicatrices que quedan en el olvido
Y no mira, más contempla
la ceguera que cubre los asombros
En sus horrores se
encuentra lo que nadie vio y
Ella, secreta de si misma,
como huella luminosa marca su rumbo
y como amante viajera, los espejos acompañan sus historias
que en el olvido de la
ausencia un suspiro roba la ilusión
que nace en cada amanecer.
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